Es el valor central en Montebello. En un mundo donde el relativismo y las interpretaciones subjetivas a menudo nublan el juicio, nos mantenemos firmes sobre los cimientos de la verdad bíblica. Para nosotros, la verdad no se refiere únicamente a una correspondencia con la realidad sino a alinear nuestras vidas con los principios eternos establecidos en la Escritura. Esta alineación moldea nuestra cultura de aprendizaje, asegurando que lo que enseñamos y cómo aprendemos no solo sea intelectualmente riguroso, sino también espiritualmente sólido.

Es una cualidad de alto valor en Montebello. Creemos que para que nuestros niños y jóvenes posean todas las características deseables de un líder, su carácter debe construirse con un gran compromiso con la integridad. Esto es algo que buscamos inspirar en nuestros estudiantes desde una edad temprana, no solo enseñándolo, sino también modelando la integridad en cada aspecto de nuestra filosofía, cultura y operaciones diarias.

Es el poder transformador que abre el camino al éxito. Es un compromiso con la búsqueda del conocimiento y desarrollo continuos que se extiende más allá del aula. Esto anima a nuestros estudiantes y personal a convertirse en aprendices de por vida que: enfrentan los desafíos, persisten ante las adversidades, ven el esfuerzo como un camino hacia adquirir destrezas y habilidades, aprenden de las críticas, se inspiran en los logros de los demás, ven los cambios como oportunidades para crecer y tienen una pasión por el proceso de aprendizaje en sí mismo.

Es un valor fundamental que enriquece el corazón y el espíritu en Montebello. En una cultura que a menudo se centra en lo que nos falta, elegimos ser agradecidos a través de un profundo reconocimiento de la gracia que nos rodea: nuestra comunidad, nuestras capacidades y nuestro llamado. Este valor nos anima a vivir con corazones abiertos, celebrar cada momento y enfrentar los desafíos de la vida con un espíritu de agradecimiento, fomentando un ambiente positivo y enriquecedor que mejora nuestros esfuerzos educativos y crecimiento personal.

Se encuentra en el núcleo de nuestra misión en Montebello. Creemos que cada uno de nuestros estudiantes es un alma que Dios nos ha confiado. Por lo tanto, asumimos la tarea de guiarlos hacia una verdadera comprensión de lo que significa ser discípulo de Cristo en un mundo carente de verdad y cómo una relación transformadora con Él puede impactar positivamente en sus vidas y, consecuentemente, en la comunidad que los rodea.

Es un componente vital de lo que significa ser ciudadanos del reino de Dios. Nuestro acercamiento holístico a la educación prioriza el servicio y ofrece a nuestra comunidad amplias oportunidades para dedicar tiempo y esfuerzo a enriquecer las vidas de quienes los rodean, especialmente a aquellos que más lo necesitan.

Es el componente clave para alcanzar una educación de clase mundial. Desde cómo conservamos nuestro campus, hasta la implementación de nuestra metodología única, el cuidado individualizado y la cultura de aprendizaje que ofrecemos a nuestros estudiantes, demostramos nuestro compromiso con un estándar de calidad sin igual.